El Ritual Preston-Webb es una de las estructuras fundamentales de la masonería anglosajona, especialmente dentro del Rito de York. Su importancia radica en su función litúrgica y en su capacidad de transmitir, mediante el simbolismo y la pedagogía ritual, los valores esenciales de la orden.
Este sistema ritualístico es el resultado de un proceso evolutivo que inició en la masonería especulativa del siglo XVIII y que ha perdurado hasta la actualidad. Su estructura combina influencias filosóficas provenientes de la Ilustración, una concepción pedagógica basada en la repetición y el cuestionamiento, y una enseñanza moral que guía al iniciado en su proceso de perfeccionamiento individual y social.
La masonería, como institución, ha atravesado un proceso de transformación desde sus orígenes operativos en los gremios medievales de constructores picapedreros hasta convertirse en una fraternidad filosófica y especulativa. Con la fundación de la Gran Logia de Londres y Westmisnter en 1717, surgió la necesidad de establecer rituales uniformes para garantizar la cohesión de las logias.
En este contexto, William Preston (1742-1818), un masón escocés residente en Inglaterra, se dedicó a sistematizar el conocimiento masónico y desarrollar un método didáctico basado en preguntas y respuestas, facilitando la memorización y transmisión del contenido simbólico. Su obra, plasmada en "Ilustraciones de la Masonería", estableció un modelo educativo para la enseñanza de los tres grados simbólicos.
Por otro lado, en Estados Unidos, la masonería experimentaba una rápida expansión, lo que generaba la necesidad de un ritual unificado. Thomas Smith Webb (1771-1819) tomó las enseñanzas de Preston y las adaptó a la realidad norteamericana, publicando en 1797 su "Monitor Masónico", que consolidó la estructura ritual del Rito de York.
La contribución de Webb no se limitó a la compilación de ceremonias: su trabajo definió la organización del sistema de grados y estableció un código ritualístico que se convertiría en el estándar en las logias estadounidenses y en otras jurisdicciones masónicas del mundo.
El Preston-Webb es una estructura simbólica que encierra una enseñanza filosófica profunda. Sus principios pueden analizarse desde diversas perspectivas:
A. La Búsqueda del Conocimiento
El método catequético utilizado en el ritual (pregunta y respuesta) es un mecanismo de aprendizaje y una expresión de la tradición filosófica que prioriza la reflexión y la dialéctica. Al igual que en la filosofía clásica, el iniciado no recibe el conocimiento de manera pasiva, sino que lo descubre a través de la interrogación y la introspección.
B. La Perfección del Ser Humano
El recorrido a través de los grados masónicos representa un camino de autoconocimiento y evolución espiritual. Cada grado corresponde a una etapa en el desarrollo del individuo:
Aprendiz: Simboliza el inicio del viaje, la disciplina y el trabajo sobre uno mismo.
Compañero: Representa el desarrollo del intelecto, la exploración del conocimiento y el perfeccionamiento de las habilidades.
Maestro: Encarna la sabiduría, la trascendencia y la responsabilidad de transmitir el conocimiento a las futuras generaciones.
C. El Simbolismo de la Muerte y la Trascendencia
Uno de los momentos más impactantes del ritual de Maestro es la representación de la muerte simbólica. Esta ceremonia obliga al iniciado a confrontar su mortalidad y su legado, transmitiendo el mensaje de que la verdadera inmortalidad no radica en la existencia material, sino en la obra y los principios que se dejan en el mundo.
Más allá de su estructura filosófica, el Preston-Webb tiene una clara función moral: formar hombres de virtud y compromiso con la sociedad. Sus enseñanzas se pueden sintetizar en tres ejes fundamentales:
A. La Construcción del Carácter
La masonería no impone un dogma moral rígido, pero sí exige que sus miembros cultiven la rectitud, la templanza y la justicia. La ética, en este contexto, no es un concepto abstracto, sino una práctica cotidiana basada en la autodisciplina y la mejora constante.
B. La Responsabilidad con la Sociedad
A diferencia de otras tradiciones esotéricas que pueden centrarse en el desarrollo individual, la masonería insiste en la importancia del compromiso social. El ritual enseña que el conocimiento y la virtud deben aplicarse en la vida real, ya sea a través del servicio a la comunidad o el liderazgo moral.
C. El Legado y la Trascendencia
El mensaje final del ritual es claro: el masón debe aspirar a dejar el mundo mejor de lo que lo encontró. No basta con el perfeccionamiento personal; es necesario influir positivamente en el entorno y actuar como un faro de principios y valores para las generaciones futuras.
En un mundo marcado por la fragmentación ideológica, la pérdida de valores y la crisis de liderazgo moral, los principios del Preston-Webb adquieren una relevancia renovada. Su énfasis en la educación, la autodisciplina y el servicio a la comunidad lo convierten en un modelo de formación que trasciende la masonería y se proyecta como una guía para cualquier sociedad en búsqueda de orden y justicia.
Hoy más que nunca, el mensaje central del ritual —el perfeccionamiento del individuo en beneficio de la colectividad— sigue siendo un ideal vigente y necesario.
El Ritual Preston-Webb es, además de un conjunto de ceremonias simbólicas, un modelo de formación integral que ha perdurado a lo largo de los siglos por su solidez filosófica y moral.
Históricamente, consolidó la masonería en el mundo anglosajón y definió el estándar ritual del Rito de York.
Filosóficamente, encarna el ideal ilustrado de que la educación y la virtud deben ir de la mano.
Moralmente, nos recuerda que el verdadero propósito del conocimiento es forjar mejores seres humanos y construir una sociedad más justa.
Su permanencia y relevancia a lo largo del tiempo demuestran que la masonería, lejos de ser un anacronismo, sigue ofreciendo respuestas a los desafíos éticos y existenciales del ser humano moderno. La búsqueda del conocimiento, la perfección del carácter y el compromiso con la sociedad son solo enseñanzas masónicas y tambien principios universales que trascienden cualquier contexto o época.